Un lugar de encuentro con UNO MISMO

"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento".


OLGA B. CORONEL
Vidente Natural - Psicologa Transpersonal

ALI TUROWIEZ
Psicoterapeuta Familiar

SEBASTIAN A. GALEANO
Maestro Zen































































domingo, 24 de abril de 2011

PARA TI ,HIJO

Una vez conversando con mi pequeño hijo de 10 años, recordé las
palabras
sabias de mi madre que decía: “Mi amor por ti es tan
grande, que quiero que
mires tu vida de la siguiente manera: ¿Ves
este libro con sus hojas en
blanco?, esa es tu vida, la cual
escribirás día a día.”
Hijo mío,
depende de ti que en esas páginas sean escritas las
historias más grandes,
profundas, y sinceras, y que hablen de la
grandeza de tu corazón y espíritu.
Tú serás el autor de ese libro
porque llevará tu firma y sello. Debes
intentar que allí sólo
queden plasmadas, las proezas de grandes héroes que
lucharon y
batallaron por convertirse en hombres de bien, que ayudan a
todo
aquel que necesita de una mano amiga de manera desinteresada,
sin
esperar ninguna recompensa a cambio. Ese es el héroe, el gran
hombre,
del que te estoy hablando. Por eso amado hijo, elige
siempre el camino del
bien, aunque sea más escabroso y difícil.
Para que esas páginas llenen de
orgullo a los que vienen detrás de
ti.
Quizás no seas tú quien reciba,
halagos, ni agradecimientos, pero
ciertamente te diré que se hablará mucho de
ti y quizás sean los
hijos de tus hijos quienes sigan escuchando lo
maravilloso de tu
corazón. Esas huellas que dejarás, serán la guía que
llevarán a tus
hijos por el mismo camino. Nunca olvides que cada día, cada
hora,
cada minuto y segundo que respiras, se lo debes al ser supremo
más
grande del universo llamado Dios.
Agradece diariamente por todas
las bendiciones recibidas, por todos
los triunfos obtenidos, y también por
los fracasos, ya que ellos te
servirán para moldear tu carácter y corregir
tus errores. Por eso
cada mañana le pido a Dios que me ayude a ser bueno y
cada día
mejor, porque mi pequeño hijo quiere parecerse a mí.
“Hijo
mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por
sus
reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como
corrige un padre
a su hijo querido” Proverbios 3:11-12
“El hijo sabio alegra a su padre; el
hijo necio menosprecia a su
madre” Proverbios 15:20
“La corona del anciano

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